La psiquiatría es una rama de la medicina que se dedica al estudio de la conducta como resultante del bienestar físico y mental; es decir del buen funcionamiento del cerebro y del organismo en sus distintas respuestas fisiológicas (hormonales) entre otras.

El medico psiquiatra deberá de considerar la conducta y el pensamiento como directos influyentes en el funcionamiento del organismo y  del cerebro; y viceversa, es decir, las respuestas conductuales y de pensamiento también son respuesta del buen funcionamiento cerebral  y del organismo. Por lo que se hacen de utilidad los estudios diversos para hacer diagnósticos adecuados; entre ellos se tienen estudios de laboratorio y de gabinete (toma de muestras de sangre y rayos X o tomografías, electroencefalograma y resonancia magnética entre otras) para descartar alteraciones físicas que pudiesen estar determinando la conducta o pensamiento alterados. Es por esto que el psiquiatra tiene acceso al uso de medicamentos que están dirigidos a mejorar las alteraciones fisiológicas cerebrales a lo que muchos médicos llaman las alteraciones de los químicos cerebrales (serotonina, noradrenalina, dopamina, glutamato, acido gama amino butírico, etc.)

Las alteraciones fisiológicas pueden desencadenarse a consecuencia de la herencia genética donde encontramos el riesgo de padecer un trastorno mental solo por ser familiar de alguien con el padecimiento (el riesgo de tener alteraciones en los genes o información celular en la producción de dichos químicos cerebrales), o de primera vez ante los eventos de la vida diaria que pueden condicionar las alteraciones en la células cerebrales y del resto del organismo y generar los trastorno mentales.

Desgraciadamente existen alteraciones físicas que no son comprobables en estudios comunes o de fácil acceso al clínico (psiquiatra) y al paciente.

El psiquiatra esta capacitado para detectar alteraciones del pensamiento lógico, las emociones y por supuesto la conducta, y a echar mano de los tratamientos psicoterapéuticos para recuperar el funcionamiento previo del individuo.

En la actualidad tenemos la posibilidad de correlacionar el funcionamiento cerebral con las distintas alteraciones del pensamiento, esto gracias a los estudios médicos realizados por científicos en el mundo.

A ciencia cierta ambas modalidades de tratamiento (psicología y psiquiatría) son complementarias y ambas con sus limitaciones.

Finalmente es aquí donde tenemos que mencionar los distintos trastornos de la conducta para su identificación y tratamiento adecuado.

Los trastornos del estado de animo o trastornos afectivos:

 Trastorno depresivo mayor (neurosis depresiva), trastorno bipolar (trastorno maniaco depresivo) Distimia.

Trastornos de ansiedad: Trastorno de ansiedad generalizada (neurosis de ansiedad), trastorno obsesivo compulsivo, Trastorno por estrés postraumático.

Psicosis, esquizofrenia como su más grave representante.

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (niños cristal e índigo).

Adicciones: Dependencia y abuso de sustancias entre ellos tenemos a los psicoestimulantes, depresores, alucinógenos entre otros. (alcohol, tabaco, cocaína, marihuana, anfetaminas, inhalantes o solventes, hongos, mezcalina, LSD)

Porque ir al psiquiatra y no al neurólogo.

El neurólogo es un médico capacitado en la identificación de las alteraciones del sistema nervioso central  sin embargo no cuenta con la capacitación para realizar una valoración de la conducta, de tenerla se llamará neuropsiquiatra.